Pareciera
ser que todo lo que quiero, deseo y anhelo se encuentra lejos. Como si la
distancia agregase un dulce sabor al recuerdo que mas que recuerdo es vivencia
y como tal verídica y tangible a la distancia.
Creo no
recordar momentos mas felices que los vividos recientemente; íntimos, profundos,
queridos y refrescantes.
Como
nunca antes puedo decir que me siento satisfecho y feliz de vivir la vida que
yo quiero vivir y no aquella que se supone que debo lleno de obligaciones
terrenales, reglas y estamentos que nada hacen sino encarcelar la conciencia y
el alma.
De esta
revelación lo único que debo lamentar es no haberme dado cuenta antes de cuan
feliz podía ser. Cuan feliz podía ser en la soledad y la compañía lejana que
solo ayuda a apreciar mas el momento.
La
espera y el camino que es infinitamente mas dulce que el destino.
Amigos
míos, disfruten cada día no como si fuese el último sino como si fuese único,
irremplazable e inmutable al menos en esta dimensión y estado de la materia.
Alaben a Dios por darnos la memoria (recién ahora entendí para que sirve) para
recordar ese camino que incluso aun cuando a veces es amargo, siempre es bello
(y si no coman 100% cacao), por la delicadeza y exquisita gracia con la cual se
lleva a cabo; pronunciándose con una verdad inmejorable que en su calidad de
tal, inmejorable, siempre es bella.
Para
todo aquel desamparado, dolido o amargado les recuerdo que nuestro tiempo es
uno en este mundo y debemos honrar el regalo que se nos han otorgado, siempre
con dignidad, alegría y regocijo.
Debo
reconocer que tengo miedo de volver a sentir que la antigua y pagana deidad Pan
apodere nuevamente de mi. Es por ello que me propongo forjar como un luchador
feliz no solo del presente sino que del pasado que representa lo que somos y
proyecta lo que seremos.
Por el
momento me despido de Uds. con una claridad enceguecedora, eterna y
deslumbrante, irreal en la verdad relativa en la que me encontraba.
No
traten de ser felices, oblíguense a serlo pues en la felicidad profunda y
completa encontrarán la eternidad. Otro ya sufrió por nosotros para que fuésemos
felices, en honor a él y su infinito sacrificio es que debemos ser felices.
Recién
ahora me doy cuenta y me obligo a ser feliz.
Chao viejo, fuiste sin duda un gran compañero y jefe.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo el tiempo entregado, por los conocimientos brindados, los trasnoches de pega y por las gratas horas de trabajo que pasamos.
Exito en todo para tus futuros planes y ojalá que el destino se encargue de juntarnos en alguna oportunidad por la vida.
Saludos y nuevamente gracias.
muchas gracias! acabo de ver tu post.
EliminarUn abrazo grande y mucha suerte en todo.